ANSIEDAD Y ESTRÉS RELACIONADOS CON LA ALIMENTACIÓN
En esta entrada al blog de hoy quiero hablaros de la relación de las alteraciones mentales y su relación con la nutrición.
Hoy en día las tasas de ansiedad en la población oscilan entre el 13,6 y el 28,8% de la población.
Hay distintas formas de ansiedad, pero todas tienen en común síntomas emocionales, somáticos y neurológicos.
Cierto grado de ansiedad es manejable o incluso deseable para el normal funcionamiento de la persona se denomina ansiedad adaptativa o no patológica.
Cuando sobrepasa cierta intensidad se produce un desequilibrio de los sistemas de respuesta normal de ansiedad o se supera la capacidad adaptativa entre el individuo y el medio ambiente, se convierte en ansiedad patológica, provocando malestar significativo, con síntomas físicos, psicológicos y conductuales, normalmente inespecíficos.
El estrés y la ansiedad en los tiempos que corren lamentablemente se han convertido en compañeros nuestros con demasiada frecuencia, saber cómo combatirlos es fundamental para nuestra salud, el descanso, la irritabilidad, la salud, etc. Son aspectos que si no sabemos manejar nos sobrepasan, nos afectan no solo a nosotros sino a todo y a todos los que nos rodean.
Las consecuencias psicológicas de una ingesta nutricional subóptima pueden aparecer antes que los signos físicos. La nutrición afecta a múltiples funciones en la mayor parte del encéfalo.
Las células nerviosas en nuestro cerebro se comunican mediante la liberación de moléculas neurotransmisoras. Estos neurotransmisores químicos se producen a través de los nutrientes, si nuestra alimentación es adecuada y saludable tendremos funcionamientos normales en el cerebro.
Para un correcto funcionamiento en el cerebro tenemos que tener ciertos aminoácidos (los obtenemos de proteínas de alta calidad), cierto tipo de vitaminas, unos minerales y diversos ácidos grasos, en el equilibrio de todas estas sustancias se encuentra la clave para el correcto funcionamiento neurológico.
En todas las enfermedades mentales existen ciertos patrones nutricionales que están relacionados.
Para que el cerebro tengo un correcto voltaje, la señales neurológicas puedan funcionar correctamente, para que pueda producirse la neuroplasticidad, hay una dependencia a nivel orgánico llamado nutrientes. El cerebro es una sustancia que necesita de energía para funcionar y nutrientes específicos en las reacciones.
La serotonina que es un calmante natural en el cerebro, necesita que haya triptófano que es una aminoácido (de la proteína en dieta) y debe existir la vitamina B6 que es el Piridoxal como cofactor para que suceda toda esta reacción, este un simple ejemplo de las miles de reacciones neurológicas que se llevan a cabo en el cerebro.
La serotonina es neurotransmisor vital para el aprendizaje y la autoestima.
El hipotiroidismo induce a depresión por la falta de yodo, que se corrige de manera nutricional.
Entre el intestino y el cerebro pasa información de manera constante, en el intestino tenemos células nerviosas llamadas dendritas que informan de la salud de nuestro intestino en el cerebro. El intestino se conoce como segundo cerebro. Muchas enfermedades autoinmunes y alteraciones de la salud tienen un origen intestinal, la salud del tubo digestivo es clave para nuestra salud general e incluso mental.
Cuidar la alimentación es cuidar de nuestra salud, siempre podemos actuar, podemos intervenir sea cual sea nuestra estado.
Con una alimentación inteligente y consciente nuestra calidad de vida y nuestra salud se ve mejorada y reforzada.
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