EJERCICIO COMO TRATAMIENTO CONTRA EL SEDENTARISMO
La propia constitución del ser humano está diseñada para la actividad física y el continuo movimiento, por lo que actitudes como la inactividad o el sedentarismo ponen en riesgo nuestra salud. El ritmo de vida actual, los trabajos sedentarios, nuestra forma de desplazarnos y algunas formas de ocio como la televisión, el cine, las tabletas y teléfonos o el mundo digital, entre otros, fomentan la inactividad física. Por lo tanto es conveniente introducir la actividad física dentro de nuestra cotidianidad y dedicarle un tiempo en nuestro día a día. Según datos generales de actividad de la población, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a jóvenes de entre 5 y 17 años, 60 minutos de actividad física diaria. En cambio, a partir de los 18 años y para todas las edades, se recomiendan entre 150 y 300 minutos de actividad aeróbica a la semana. Recordemos que una actividad aeróbica es aquella que se realiza durante un periodo de tiempo prolongado.
Recomendaciones nutricionales: Además del ejercicio, la nutrición juega un papel esencial en nuestra salud. La dieta mediterránea es una excelente pauta nutricional, que ha demostrado prevención cardiovascular y que tenemos al alcance de nuestra mano. Las principales características de la dieta mediterránea, según Arós y Estruch (2013) , son las siguientes:
a) Alto consumo de grasas, principalmente en forma de aceite de oliva
b) Elevado consumo de cereales no refinados, fruta, verdura, legumbres y frutos secos
c) Consumo moderado-alto de pescado
d) Consumo moderado-bajo de carne blanca (aves y conejo) y productos lácteos, principalmente en forma de yogur o queso fresco
e) Bajo consumo de carnes rojas y productos derivados de esta carne
f) Consumo moderado de vino en las comidas
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