Hoy vamos a empezar a hablar de la menopausia. Vamos a dedicarle un par de entradas a este tema, así las cosas este mes tendremos doble publicación en el Blog. Primero vamos a ver qué es la menopausia. Las cosas que cambian en el organismo de la mujer. Los factores afectados por la falta de estrógenos en esta fase de la vida de la mujer. Los síntomas más comunes y posteriormente veremos cómo la nutrición puede ayudaros en este proceso. En mi actividad como nutricionista ayudo a muchas mujeres en esta fase de sus vidas. Nutrición y vida saludable son conceptos que van de la mano.

Qué es la menopausia

La menopausia es la interrupción definitiva de las menstruaciones debido a la pérdida de la actividad folicular del ovario. Se reconoce como tal tras 12 meses consecutivos con amenorrea (pérdida de la regla). Sin que haya otra causa patológica o fisiológica. Los principales cambios metabólicos se observan en los niveles lipídicos (grasas), pérdida de masa ósea y aumento de la obesidad durante esta etapa.

Qué ocurre en la menopausia

El metabolismo se ralentiza, es por ello que debemos adaptar nuestros hábitos nutricionales y nuestro estilo de vida, desde antes que ocurra. Los cambios asociados a la menopausia pueden originar alteraciones en la salud, disminuir la calidad de vida y aumentar el riesgo de enfermedades como ya hemos dicho; la obesidad, diabetes, osteoporosis y la enfermedad cardiovascular. Adaptarnos a esta nueva etapa puede retrasar la aparición de estas enfermedades e incluso evitarlas.

En la menopausia la tendencia es al aumento del LDL, triglicéridos y bajada del HDL (colesterol bueno). A nivel de hidratos de carbono, se sabe que con la edad aumenta la tolerancia a la glucosa, pero no se conoce su relación con la falta de estrógenos. Uno de los síntomas más importantes en la menopausia es el aumento de la osteopenia y osteoporosis. Con la pérdida de estrógenos se incrementa la actividad de los osteoclastos y por lo tanto un desequilibrio en el perfil del hueso, pierde masa y se vuelve poroso. Esto conlleva a fracturas de bajo impacto. La fractura de cadera en el adulto mayor es un factor de riesgo de morbilidad y mortalidad, por la inmovilización que sufren.

Estudios han demostrado que en la menopausia aumentan los niveles de grasa y la distribución de ella, empieza a localizarse en la zona abdominal, cambiamos a fenotipo androide. Aumentan los lípidos plasmáticos y la resistencia a la insulina. Con el incremento de riesgos vasculares, diabetes e hipertensión. Otro factor de desequilibrio es la reducción del gasto energético basal que está relacionado con la menor cantidad de masa muscular que vamos teniendo, el descenso de la actividad física y con el mismo hábito alimenticio de siempre.

Factores que se ven afectados por la falta de estrógenos

La leptina es una proteína que se almacena en el tejido adiposo e informa al cerebro de nuestras reservas de grasas. La leptina se ve afectada por la falta de estrógenos y por lo tanto ayuda a el desequilibrio.

La colecistoquinina (CCK), está relacionada con la sensación de saciedad y también se ve afectada por la falta de estrógenos. Al descender los niveles de estrógenos también disminuye la sensación de saciedad. Teniendo en cuenta todo lo anterior, una terapia con estrógenos parece apropiada pero debe realizarse un seguimiento estrecho, pues los preparados con estrógenos aumentan el riesgo cardiovascular.

El sueño y el descanso también se ven ligeramente afectados, hay personas que al tener más horas despiertas come más, debemos tener en cuenta que la sensibilidad de la insulina con la glucosa desciende por la noche y esto facilita el aumento de peso.

Síntomas de la menopausia

Lo más frecuentes son los sofocos o bochornos que son los síntomas más típicos en el climaterio. Aparecen en la perimenopausia y van descendiendo con los años. Es una sensación subjetiva, episódica y repentina de calor en cara, cuello y llega hasta el pecho, con una rojez de la piel por la vasodilatación y aumento de la temperatura. Se puede asociar con mareos, palpitaciones, náuseas y cefaleas. Suceden por estrés, ansiedad, disminuye la calidad de vida de la mujer. Se cree que la falta de estrógenos afecta al sistema de termorregulación del hipotálamo produciendo un estrechamiento de la zona termoneural.

Vaginales: El aparato reproductor femenino es un receptor de estrógenos a lo largo de la vida fértil, con la disminución de los estrógenos se va perdiendo paulatinamente la elasticidad vaginal y una progresiva involución del aparato genital femenino. Son frecuentes los dolores en las relaciones sexuales y por lo tanto una disminución de la frecuencia de ellos.

Urinarios: La incontinencia urinaria es de origen multifactorial cuya prevalencia aumenta con la edad. Los estrógenos tienen una ligera influencia pero las lesiones durante los partos y el acortamiento de la uretra y otros factores musculares están directamente relacionados.

Psiconeurológicos: se dan con frecuencia episodios de insomnio, trastornos afectivos sobre todo de tipo depresivo, autoestima, cansancio, nerviosismo, irritabilidad, etc. No obstante no está demostrada científicamente la causa de  esta sintomatología en la menopausia.