DIETAS MILAGRO
En la entrada al blog de hoy quiero dejar unos conceptos e información sobre las «dietas milagro».
Esta especie de slogan hace referencia a milagros y cambios en nuestra composición corporal en un breve espacio de tiempo.
Como profesional de la salud y experto en nutrición solo puedo tacharlas de insanas tanto a nivel físico como mental.
Vamos a explicar el por qué.
Cuando realizamos una dieta «milagro», sea cual sea la que esté más en auge o de moda, lo que normalmente conseguimos es hacer una ingesta hiper reducida en calorías, macronutrientes (proteínas, grasas e hidratos de carbono) y micronutrientes (vitaminas, minerales y oligoelementos).
Podríamos hablar sobre cuáles son las funciones de cada uno de estos nutrientes en particular, pero lo que es evidente es que todos funcionan en equilibrio en nuestro organismo «equilibrio dinámico», llevando a cabo funciones antioxidantes, hepáticas, renales, neurológicas y un largo etc. El organismo necesita todas estas sustancias para mantener la homeostasis.
Cuando llevamos a cabo un plan nutricional carente, tóxico y sin sentido lo que conseguimos con ello es estresar al límite a nuestro organismo; nuestro cuerpo está preparado para aguantar sin comer unos días en situaciones «excepcionales», pero eso no sale gratis.
Lo primero que conseguimos es perder nuestra masa muscular que también pasa a ser combustible para nuestro organismo y conseguir glucosa en el cerebro. Tener en cuenta que cuando queremos bajar de peso, el tejido a combatir es la grasa y no el músculo, es decir se trata de quemar la grasa preservando mayoritariamente el músculo.
Cuando ponemos en práctica este tipo de dietas lo que motivamos a nuestro organismo es a que se vuelva más ahorrador de energía, es decir, interferimos de manera voluntaria en la expresión genética desde la parte ambiental, que se conoce como epigenética. Tener en cuenta el estilo de vida influye en nuestros genes (estrés, tóxicos, insomnio, dietas milagros repetitivas).
Para combatir el exceso de grasa hay que llevar a cabo una dieta hipocalórica, variada y equilibrada en nutrientes, realizar ejercicio físico (cuanto más mejor) y evitar los dulces, los procesados, el consumo de alcohol y bebidas azucaradas.
Pensar que el concepto de «me pongo a dieta» no llega muy lejos, es mejor introducir unos cambios de hábitos nutricionales donde te encuentres agusto y lo puedas mantener en el tiempo. (Cuando se habla de bajar de porcentaje de grasa corporal, son pocos los alimentos que se retiran, se come casi de todo).
Recordar que los profesionales de la salud estamos para asesoraros.
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