La salud de las bacterias “probióticos”
En el cuerpo humano tenemos millones de bacterias, en el tubo digestivo, en las mucosas, en la piel, en la vagina, es tal la cantidad de bacterias que habitan en nosotros que superan en gran cantidad al número de células que existen en el organismo, se estiman unos 100 billones de bacterias de más de 100 cepas diferentes.
Que esta población bacteriana cohabite en equilibrio es fundamental para nuestra salud, a este estado de equilibrio lo llamamos simbiosis.
Las bacterias en el organismo, por si mismas llevan a cabo funciones metabólicas como sintetizar la vitamina K que es la precursora de la coagulación sanguínea. Una buena salud del tubo digestivo hará que tengamos un sistema inmunológico bueno y estable. Muchos problemas serios de salud tienen un origen en el intestino.
Para que las bacterias vivan en equilibrio y lleven a cabo sus funciones necesitan tener un buen moco intestinal. Los ácidos grasos de cadena corta que están en ciertos alimentos, el contenido de fibra de los productos integrales, consiguen crear un buen medio para que las bacterias se propaguen en equilibrio.
Cuando no hay un buen moco en el intestino se puede generar permeabilidad intestinal y pasan al torrente sanguíneo sustancias no deseables, además de virus y bacterias.
Tal es la importancia de la flora intestinal que entre el tubo digestivo y nuestro cerebro hay comunicación constante. Tenemos células nerviosas en la luz intestinal que se llaman dendritas que le dan información constante a nuestro cerebro de lo que sucede en el intestino, esta comunicación es bidireccional.
Por esta razón, un problema emocional como lo son el estrés, la ansiedad o dificultades del día a día mal gestionado, pueden provocar problemas intestinales y por consecuencia multitud de problemas de salud a todos los niveles, empezando por los inmunológicos.
En resumen, os quiero recomendar el uso reducido de los antibióticos que barren nuestra flora intestinal. Los antibióticos se deben tomar cuanto menos mejor y siempre prescritos por un facultativo. Para que os hagáis una idea, cada vez que nos sometemos a un tratamiento de antibióticos nuestra flora intestinal nunca vuelve a ser la misma.
El uso indiscriminado de antibióticos ataca contra nuestra propia salud entre otros problemas, como es la resistencia a las bacterias patógenas.
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