EL DESAYUNO DE LOS NIÑOS
El desayuno es una de las comidas más importantes de nuestra dieta. Con él comienza nuestra actividad física y psíquica diaria, por lo que se debe prestar especial atención a esta comida.
El organismo, por la mañana, necesita recibir alimentos ya que han transcurrido muchas horas desde la cena.
Debemos tener en cuenta que, cuando estamos durmiendo, el cuerpo sigue consumiendo calorías y a este gasto energético se le conoce como metabolismo basal (el corazón no deja de bombear sangre, los riñones no paran de filtrar, el diafragma y los pulmones no interrumpen su función). Este metabolismo basal es considerado como el gasto energético más grande que tiene el organismo.
Por la mañana es necesario ingerir hidratos de carbono, grasas y proteínas de forma equilibrada y que los alimentos sean de buena calidad para que tengan un buen aporte biológico.
A los niños debemos prestarles especial atención, por su proceso de crecimiento y desarrollo, para sus funciones cognitivas y físicas tengan la energía necesaria.
Un buen estado de salud se produce en el organismo cuando está en equilibrio y se denomina “homeostasis”.
Para que el cerebro tenga un normal funcionamiento necesita ciertos nutrientes, además nuestros músculos y huesos están en constante reciclado.
El rendimiento académico de los menores y su comportamiento está ligado de manera directa con la alimentación, por ello hemos de vigilar que los niños comiencen el día con los alimentos adecuados y la energía necesaria ya que, a veces, las prisas y el día a día hacen que descuidemos algo tan importante en la dieta de nuestros hijos.
Evitar los productos procesados, refinados, grasas industriales, bollería, dulces, etc. conseguirá que la salud de nuestros hijos se vea reforzada.
Saltarse alguna de las comidas principales del día, como el desayuno, fomenta la obesidad y puede poner en riesgo el éxito del desarrollo académico del menor.