HOY COMEMOS FUERA

Cuando tenemos comidas fuera de casa, celebraciones, fiestas es importante ingerir los alimentos de una manera equilibrada y saludable; y no por ello menos placentera.

Saber elegir o diferenciar el tipo de cocinado es importante tenerlo en cuenta, como por ejemplo mejor alimentos a la plancha que los fritos o los rebozados o que las grasas saturadas para que no supongan la principal fuente de energía de la comida.
El mito de «es mejor comer la fruta antes de comer» no es del todo acertado, hacer media mañana y la merienda es importante para mantener estables la insulina y la glucosa en el plasma, así acostumbraremos a nuestro cuerpo a no ser ahorrador.
Hasta aquí es correcto que tomar fruta a media mañana puede ser una buena opción. Pero tomar fruta después de una comida social conseguirá que tengamos una digestión menos lenta y pesada, nos aportará ciertos micronutrientes que son esenciales en los procesos de absorción y conseguiremos que nuestro organismo absorba menos cantidad de grasa gracias a las fibras, esa grasa se arrastra y se expulsa con las heces.
Es importante acostumbrar a nuestro organismo a reducir los niveles de grasa y azúcares que consumimos. La grasa y los azúcares tienen centros de recompensa en nuestro cerebro y nos producen placer, es ahí donde adquiere importancia tener unos buenos hábitos y costumbres, «saber controlarnos».
Otro aspecto a tener en cuenta es la manera de comer, de ingerir los alimentos. Hacerlo de manera tranquila, consciente y llevando a cabo el proceso de masticación influye en la cantidad que comemos y en su aprovechamiento.
La digestión empieza en la boca, con el proceso de masticación y con la saliva se aportan ciertas enzimas que ayudan a la descomposición del alimento para poder ser absorbido más adelante.
El estímulo de la saciedad se produce en el cerebro y para que este estímulo se produzca se necesitan diversas reacciones en el organismo en las que intervienen ciertas hormonas y el sistema nervioso.  Por tanto, comiendo de forma tranquila se consigue que aparezca la saciedad habiendo comido menos cantidad.

ENTRENAMIENTO PERSONALIZADO

En las sesiones de entrenamiento personalizadas realizamos series de ejercicios adecuadas al perfil del entrenado. No todos los ejercicios son adecuados para todo tipo de personas.

Analizamos las necesidades particulares y elaboramos tablas con los ejercicios que más les ayudarán en la consecución de sus objetivos.

Por ejemplo, trabajar el abdominal y los músculos centrales del cuerpo nos ayudan a tener una espalda más sana.

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DIETAS DE PROTEÍNAS

Las proteínas son sustancias necesarias que debemos ingerir a diario, son la fuente para reciclar nuestros músculos, entre otras funciones.
Existen proteínas vegetales y animales, en ambos casos las hay de mejor o peor calidad para el organismo.
La cantidad de proteínas que «debemos» ingerir a diario varía en función de nuestra edad, el estilo de vida (si se es más o menos deportista) y del estado de salud de cada individuo.
Cuando pasamos la barrera de los cuarenta años nuestros niveles de ingesta proteica deben incrementarse ligeramente por cuestiones metabólicas.
Depende de la disciplina deportiva que practiquemos y las horas de entrenamiento, tendremos unos requerimientos u otros, nuestro estado de salud también debe tenerse en cuenta a la hora de cuantificar los gramos de proteína que se debe ingerir a diario.
Lo que es evidente científicamente es que el exceso de proteína produce una acidosis metabólica que debe ser compensada por diferentes órganos del cuerpo como lo son los huesos, riñones e hígado.
Cuando consumimos dietas proteinadas corremos el riesgo de sufrir descalcificación de nuestros huesos (el hueso se descalcifica para compensar el desequilibrio producido), sufrir elevación del ácido úrico y la aparición de la «gota» ( placas de Urato que se depositan en nuestras articulaciones por el incremento de la urea de las proteínas).
Los niveles de ingesta proteica varían de unas personas a otras.
Es importante obtener la mayor fuente de energía a través de los hidratos de carbono, las grasas y por último las  proteínas; la correcta elección de las cantidades que debemos ingerir a diario se debe realizar en ese orden.
Hay que tener en cuenta que el organismo no tiene «depósitos» de proteína como si existen para las grasas y los hidratos de carbono, por tanto, un exceso de las mismas no es beneficioso para nuestra salud; ni nos aporta «reservas», ya que el organismo no es capaz de almacenarlas.
El organismo usa los aminoácidos de las proteínas para reparar y renovar nuestros músculos, las usa como transportadoras en el organismo, pero el exceso se debe eliminar  a través mecanismos compensatorios que tiene el cuerpo.

¿QUÉ COMEMOS CON EL CALOR?

Ahora que llega el buen tiempo y el calor apetecen más platos ligeros, fríos y sencillos, esto no significa que debamos ingerir menos calorías y nutrientes.

A veces con el calor extremo no nos apetece comer y con una ensalada simple creemos que hemos cubierto nuestras necesidades nutritivas.

Si optamos por comer una ensalada en verano es importante vigilar que lleve el aporte de proteína necesaria para el organismo, alguna opción puede ser añadir huevo, pollo, legumbres o arroces, pastas (en el caso de los vegetarianos) atún, bacalao, salmón etc.
En cuestiones de alimentación no está reñido el alimentarse bien y disfrutar de la comida.

Cuando suben las temperaturas por cuestiones de pereza o cansancio no ingerimos la alimentación que necesitamos lo que conseguiremos es encontrarnos peor. Las situaciones de hipoglucemia por falta de alimentos nos generaran dolores de cabeza, ansiedad, irritabilidad y diversos malestares.

ALIMENTOS QUE NOS AYUDAN A COMBATIR EL CANSANCIO

Una de la causa por la que habitualmente nos sentimos cansados es la falta de energía, esto se puede deber a la necesidad de sustancias que contribuyen a su producción.
Ciertos micronutrientes (minerales y vitaminas) son esenciales en el metabolismo energético, las vitaminas del grupo B, el magnesio, el potasio, hierro y el sodio son fundamentales en estas funciones.
Entre los alimentos que contiene estas substancias caben destacar: Aguacate, quinoa , avena, legumbres, frutos secos y soja.
Para conseguir glucosa, es imprescindible ingerir hidratos de carbono, pero es interesante que estos carbohidratos no sean refinados y estén lo menos procesados posible, por lo que es preferible consumir productos integrales que además de tener más vitaminas y minerales nos aportan fibra que mejora la salud del intestino.
Los azucares habrá que buscarlos en productos como las frutas naturales, miel,  maíz, tubérculos y cereales.
Otro factor a tener en cuenta es evitar periodos de hipoglucemia (bajadas de azúcar en sangre), para ello es importante no saltarse ninguna de las 5 comidas del día, no deben transcurrir más de 3 o 4 horas sin ingerir alimentos. El desayuno es una de las comidas más importante del día y debería incluir hidratos de carbono, grasas interesantes como (aceite de oliva, aguacate, semillas…) y proteínas en proporciones equilibradas.

HIDRATACIÓN EN ÉPOCA DE CALOR

¿Llega el calor y cambia nuestra forma de comer?

En época de calor o cuando suben las temperaturas tenemos que prestar más atención a la ingesta de líquidos, pues con el aumento de la temperatura aumenta nuestra pérdida de agua corporal (por la respiración, por el sudor, la exposición solar, etc).

El agua es por naturaleza nuestra fuente preferente, si queremos beber otros tipos de líquidos es preferible elegir un zumo de frutas natural, un batido de leche con fruta o incluso beber infusiones, las bebidas industriales refrescantes contienen muchos azúcares, las light o conocidas como tal contienen muchos edulcorantes sintéticos industriales que no son beneficiosos para nuestro universo de bacterias que tenemos en el intestino, las bebidas con gas son gratificantes para el paladar pero no para nuestro cuerpo.

Si hacemos ejercicio y sudamos mucho con el aumento de la temperatura,  hidratarnos sólo con agua no es suficiente, si sudamos mucho o el ejercicio dura más de una hora necesitamos ingerir sales minerales, el sudor es agua de nuestro plasma con electrolitos, ese color blanquecino que cogen las camisetas sudadas es sodio y por lo tanto debemos recuperar el equilibrio corporal a nivel electrolítico (homeostasis), si el organismo está desequilibrado sufriremos calambres, nos encontraremos mal y no nos recuperaremos del ejercicio de una manera fácil, rápida y segura.

En época de calor es importante vigilar una correcta hidratación y hacerla con bebidas interesantes para el organismo y a le vez gratificantes para el paladar.

Junto con el ejercicio físico es vital una correcta hidratación que nos aporte los micronutrientes necesarios (vitaminas y minerales) y si es necesario con un equilibrado energético para el rendimiento deportivo (hidratos de carbono, proteínas y grasas).

 

 

ALIMENTACIÓN Y DEPORTE EN VERANO

Con la llegada del calor cambian algunos de nuestros hábitos alimenticios. Los alimentos de temporada tienen una composición nutricional diferente, sobre todo las frutas y verduras.

Os dejamos algunos consejos para continuar con una dieta equilibrada en la época de calor.

  • Hidratación: en verano necesitamos una mayor hidratación y si realizamos alguna actividad física esa hidratación ha de ser mayor.
  • Consumo de frutas y verduras de temporada que nos aportan otro tipo de nutrientes necesarios para nuestro organismo.
  • Moderar la ingesta de comida: conviene tomar cantidades de comida moderadas.
  • Actividad física: Practicar deportes al aire libre evitando las horas de más calor

¡También en verano cuidamos nuestra salud!

¿Qué hacemos en una sesión de entrenamiento?

En una sesión de entrenamiento podemos compaginar ejercicios en los que se utilizan grandes grupos musculares: fondos, carrera… Cuando corremos nuestra mente gana, nuestro cuerpo se supera, mejoran nuestras capacidades y rompe el sedentarismo. Este tipo de entrenamiento podemos realizarlo en cualquier sitio al aire libre, no tiene costes ni horarios.

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LA MODA DE LOS ALIMENTOS

¡La alimentación no es una moda!
No es juego con el cual nos identifiquemos como si fuese un partido político.
Me refiero a que hoy en día hay una tendencia a consumir productos sin lactosa, buscamos productos donde se ha retirado el gluten o existen personas que se hacen veganas sin informarse de los pros y los contra que tienen esos cambios.
Nuestros antepasados han tomado siempre la lactosa y el gluten y no existían tantas alergias e intolerancias.
La lactosa es el azúcar natural presente en la leche, un azúcar sano que si lo retiramos por tendencia social o moda nuestro organismo pierde la capacidad de digerirlo… lo mismo sucede con el gluten, que es una proteína vegetal y que le da esa textura esponjosa al pan…
Tened en cuenta una cosa, son «POQUÍSIMOS» los casos diagnosticados y MUCHÍSIMAS» personas que por tendencia lo están eliminando.
Lo que no se utiliza se atrofia en nuestro organismo, somos nosotros los que, a veces, voluntariamente hacemos que nuestro cuerpo genere sensibilidad a ciertos alimentos.

¿QUÉ OCURRE CON LOS DEPÓSITOS DE GRASA?

Aumentar nuestro número de depósitos de grasa (adipocitos) incrementa el desarrollo de Adipocinas que son unas sustancias pro inflamatorias a nivel local  que consiguen  aumentar la resistencia a la insulina, es decir fuerzan a trabajar más al páncreas y, por lo tanto, aumenta el riesgo de diabetes tipo II.
Al aumentar los niveles de depósitos de grasa con el sobrepeso, favorecemos más grasa circulatoria en la sangre (triglicéridos, ácidos grasos libres) y esto deriva en un hígado graso no alcohólico (esteatosis hepática) y cirrosis, y, a su vez, estos niveles de grasa elevados en sangre pueden provocar insuficiencia cardíaca congestiva.
Este aumento del número de depósitos de grasa incrementa la actividad del sistema nervioso simpático por lo tanto favorece la hipertensión y el estrés mecánico en el cuerpo:
La zona renal se comprime y aumenta la carga mecánica en las articulaciones (mayor riesgo de sufrir apnea de sueño), mayor presión intraabdominal.
Estos son algunos de los principales factores de riesgo y  enfermedades crónicas comunes que pueden producirse por un aumento de los depósitos de grasa.
Estos depósitos se pueden reducir con una alimentación equilibrada y realizando deporte moderado.
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