VITAMINA K

Seguimos hablando de las vitaminas y nos toca hablar de la vitamina K de la que debemos saber que es liposoluble y que se almacena en nuestras grasas, no la expulsamos por la orina.

Una de sus principales funciones es participar en la coagulación de la sangre.

Existen dos formas de vitamina K:

  • la vitamina K1 se encuentra en vegetales de hojas verdes y
  • la vitamina K2 en derivados de las carnes y alimentos fermentados, como el queso por ejemplo.

Realmente quienes realizan las funciones de coagulación son una serie de proteínas específicas, pero estas proteínas necesitan vitamina K como cofactor.

Además de tener esta vital función como es la coagulación de la sangre, es importante que sepáis que interviene en el metabolismo del calcio y el hueso. Los desequilibrios de vitamina K y el metabolismo del calcio llegan a producir enfermedad vascular por calcificación del arterias.

Está demostrado que la vitamina K tiene un efecto protector frente a diferentes tipos de cáncer como lo es el hepático, pulmón, leucemia, mama, etc.

Debemos saber que muchas bacterias como la Escherichja coli que residen en nuestro intestino son capaces de sintetizar vitamina K2 que es la menaquinona pero no la K1 filoquinona.

Se puede sufrir deficiencia de vitamina K por alteraciones en la absorción de nuestro intestino. La función de nuestro intestino no siempre es la misma y tiene relación directa con nuestro cerebro (al intestino se le conoce como el segundo cerebro). Situaciones de estrés, ansiedad, irritabilidad, falta de descanso pueden provocarnos una disbiosis (desequilibrio) en nuestro tubo digestivo. También podemos sufrir déficit de vitamina K por lesiones en el tracto gastrointestinal, raramente también puede ser por déficit nutricional.

La cascada de coagulación sanguínea es un mecanismo complejo donde intervienen enzimas, proteínas, minerales, función bacteriana y vitamina K.

Por lo tanto, llevar una dieta equilibrada donde se incluye la actividad física reducirá siempre el riesgo de sufrir enfermedades y, en este caso, ayudará a tener niveles de coagulación normales y disminuirá el riesgo de sufrir calcificaciones en articulaciones y paredes arteriales.

Al final la parte ambiental (alimentación, estilo de vida, tóxicos, etc.) tiene una influencia directa y determinante en nuestra salud y en la calidad de ésta.

Para terminar quiero dejaros este dato, la ingesta dietética de vitamina K adecuada para un varón se considera adecuada en 120 microgramos/día. El cuerpo la almacena en las grasas y, por lo tanto, no es necesario suplementarla diariamente.

Algunas fuentes de vitamina K1 son las plantas de hojas verdes (espinaca, brócoli, coles, etc.). Y la vitamina K2 la encontramos en alimentos fermentados, algunas carnes y, sobre todo, nuestro propio intestino.

NUTRICIÓN Y ADOLESCENCIA

La adolescencia es una etapa emocionante pero también es desafiante en cuanto al desarrollo humano. Generalmente este periodo de crecimiento y formación comprende edades entre 12 y los 21 años de edad. Existen trasformaciones psicológicas, fisiológicas y cognitivas.

En la pubertad sucede un rápido crecimiento y desarrollo en el cuerpo, esto es debido a hormonas como la testosterona, la progesterona, los estrógenos (que hace que se desarrollen sexualmente).

En cuanto a cambios psicológicos se preocupan por su tamaño, su forma, es decir su imagen corporal. Les disminuye la confianza y el respeto por los adultos, sus compañeros y amigos generan gran influencia, tienen independencia social, emocional, en definitiva, les cambia la forma de razonar.

Estos son algunos de los cambios a los que se ven sometidos cuando atraviesan esta edad y, por lo tanto, sus hábitos nutricionales son muy importantes para que todos estos procesos se lleven a cabo con garantías y sin problemas.

Recordar que en cuanto a las reacciones fisiológicas, en el metabolismo del cuerpo siempre hay dinamismo, es decir, somos bioquímica pura. Para la formación de los huesos, de los músculos, la renovación de la sangre, incluso en los procesos mentales y desarrollo cerebral tienen una base nutricional muy importante porque sin nutrientes, sin sustratos el cuerpo no pueden llevare a cabo sus funciones.

Por citar un ejemplo, un niño de 14 años con un peso de 50kg y una actividad física activa necesita un gasto energético entorno a las 3.000 kcal, las necesidades energéticas varían en función a la velocidad de crecimiento. 5 niños de 14 años no tienen la misma altura y su velocidad de crecimiento es diferente, por lo tanto sus requerimientos son diferentes.

Utilizando el mismo ejemplo, este niño de 14 años tendría unas necesidades de proteínas de 0,85 gramos por kg de peso al día.

Se debe prestar especial atención a los hidratos de carbono, las grasas esenciales que necesita (grasa vegetal, grasa animal), vitaminas (la vitamina D, el ácido fólico, etc.), minerales (como el calcio, el hierro, etc.).

Debemos fomentar en ellos estilos de vida saludables, (según la OMS, los niños y los adolescentes deben tener 60 minutos todos los días de actividad física de moderada a vigorosa), fomentarles la comida natural, sana y evitar los alimentos procesados, los zumos envasados, los dulces y la bollería.

Al final la salud de nuestros adolescentes y su crecimiento es un área más que importante y que hay que tener en cuenta. Con la salud de nuestros niños y adolescentes no se juega pues son lo que más queremos.

Además los hábitos y las costumbres que adquieren desde edades tempranas, normalmente, les suelen acompañar o les marca para la vida adulta.

 

DIETA TRAS LAS FIESTAS

Tras las vacaciones de Navidad toca volver al trabajo, a los colegios y la rutina cotidiana. Después del parón navideño volvemos a retomar las obligaciones.

En estas fechas que acabamos de pasar es bastante habitual que hayamos cambiado nuestras costumbres de alimentación e incluso nuestra actividad física.

En la entrada de este blog quiero comentaros que para volver a la normalidad con la comida, lo más efectivo y sano para nuestro cuerpo es regular nuestra dieta de manera paulatina, progresiva y saludable. Si hemos tenido excesos con la alimentación nuestro cuerpo no necesita que dejemos de comer de golpe para regularlo.

Si hemos aparcado, durante estos días, nuestras costumbres en cuanto actividad física se refiere tampoco es sano volver sin hacer una progresión de adaptación.

Ya sabéis que NO existen las dietas milagro, que no os engañen. Al final, recurrir a una dieta que esté de moda como (cenar solo piña, o suprimir todos los hidratos de carbono y hacer dieta hiperproteica, etc.) lo único que conseguirá es comprometer el organismo y conseguir un efecto rebote que le pasa a casi el 100% de las personas que realizan dietas, consideradas, milagro.

Si queremos regular los excesos cometidos en estas fechas lo mejor es consumir una dieta variada y equilibrada que sea hipocalórica pero rica en nutrientes. Lo interesante es perder la grasa, y no el músculo, porque el tejido dañino cuando se encuentra en exceso en el cuerpo se transforma en grasa. Lo llamo dañino por las interacciones metabólicas que realiza con los órganos y las enfermedades metabólicas que ocasiona, incluida las vasculares.

Las proporciones normales y saludables que necesita el organismo (según edad, sexo, ejercicio si lo realiza, etc.) son:

  • entorno a un 50% de hidratos de carbono (preferiblemente integrales o complejos),
  • un 30% de grasas saludables y
  • sobre un 15% de proteínas.

Una dieta que se componga de estas proporciones en macronutrientes y que sea hipocalórica es una de las mejores estrategias, por no decir la mejor, para regular nuestros excesos navideños.

Si tienes dudas de cómo equilibrar este tipo de alimentos en tu dieta ponte en manos de un profesional de la salud, como los nutricionistas, que estudiamos a fondo las interacciones nutricionales con el organismo en cada caso concreto.

En cuento a actividad física se refiere, cuanto más ejercicio físico realicemos mayor gasto calórico tendremos, obtendremos más masa muscular que es el tejido donde se quema la grasa (por lo tanto cuanta más masa muscular más aumenta nuestro gasto energético). El ejercicio físico no sólo aumenta nuestro gasto energético y nos ayuda a quemar la grasa, sino que tiene infinidad de efectos beneficiosos en todo el organismo tanto físicamente como psicológicamente, (aumenta la autoestima, genera endorfinas que nos hacen sentir bien, disminuye el estrés y la ansiedad, combate la depresión, aumente el riego sanguíneo y la oxigenación en el cerebro, etc.).

Como os decía al inicio es importante hacerlo de manera progresiva, paulatina, existe un término que se llama “principio de progresión” que consiste en no sobrepasar tu capacidad o nivel físico. Las cualidades se hacen y se construyen de manera paulatina, lo más importante es la constancia.

Por lo tanto regular nuestras comidas de manera equilibrada y volver o iniciar nuestra actividad física es la manera más segura y sana de poner al día nuestro cuerpo.

NUTRICIÓN Y SOBREPESO

El peso del cuerpo humano se compone de huesos, músculos, órganos, líquidos corporales y el tejido graso.

Con el crecimiento, el desarrollo, la actividad física, el sedentarismo, etc. se producen variaciones en ellos y, por lo tanto, en el peso total.

El control de estos componentes y su equilibrio se lleva a cabo mediante mecanismos neurológicos, hormonales, químicos que, junto con el polimorfismo genético, equilibran el aporte y el gasto de energía dentro de unos límites.

Existen diferentes gastos metabólicos:

  • el gasto metabólico basal que equivale a un 70% de la energía total que necesita nuestro organismo y es la energía que necesitan nuestros órganos, nuestra respiración
  • el gasto termodinámico de los alimentos que es la energía que necesitamos para realizar las digestiones y por último
  • el gasto por actividad física, trabajo activo o sedentario, ejercicio físico, las escaleras de casa, etc.

El control de nuestro peso es un mecanismo interno complejo donde intervienen neurotransmisores cerebrales como noradrenalina, dopamina, serotonina, orexina, etc. También intervienen hormonas intestinales como las incretinas, glucagón, insulina, leptina, resistina, grelina, etc. Estas son algunas de las sustancias que genera el cuerpo para regular nuestro apetito, saciedad y control del peso. Cada una de estas sustancias tiene una función específica, por lo tanto, el organismo lleva a cabo una serie de reacciones bioquímicas y metabólicas complejas para mantener la homeostasis (equilibrio).

Al final lo que podemos controlar es la ingesta de calorías y nuestra actividad física, dar a nuestro organismo los nutrientes que necesita  y, a través de estas acciones, regular nuestros depósitos de energía en forma de grasa que, a veces, tenemos en nuestro cuerpo.

Es importante destacar que la falta de sueño, estrés y ritmos circadianos trastocan los mecanismo de regulación endocrina.

La actividad física insuficiente es un factor importante ya que existe evidencia científica de que la microflora intestinal tiene relación directa con el equilibrio calórico en el cuerpo.

La genética también se considera un factor importante en la regulación calórica.

La inflamación que conlleva el sobrepeso tiene alteraciones en el mecanismo endocrino y nos predispone a un mayor riesgo de diabetes tipo II y otras enfermedades.

Por tanto, el sobrepeso no sólo es una cuestión de estética, es una cuestión de salud porque se ve incrementado el riesgo de sufrir diferentes enfermedades como las vasculares, la diabetes II, ciertos tipos de cáncer e incluso artrosis por exceso de peso en la articulación.

Por lo tanto abordar el equilibrio calórico, vigilar los nutrientes que necesita nuestro cuerpo y hacer hincapié en la actividad física son unos de los ejes para abordar el desequilibrio metabólico.

 

 

 

 

 

VITAMNIA E

La vitamina E es liposoluble es decir se disuelve con la grasa. Es un grupo de ocho compuestos (cuatro tocoferoles y cuatro tocotrienoles), cada uno de estos compuestos tiene una actividad distinta en nuestro organismo.

Esta vitamina, en nuestra dieta, tiene un papel importante como antioxidante celular y, por lo tanto, importantes funciones vitales.

La necesidades de vitamina E varía según los hábitos de vida, tóxicos y enfermedad.

Es importante destacar que los tocotrienos disminuyen el colesterol de baja densidad LDL, por lo tanto, en personas con niveles elevados de LDL , el consumo de vitamina E es beneficioso.

Al ser un potente antioxidante tiene efectos preventivos y protectores frente al cáncer.

El aceite de palma es la fuente más importante de los tocotrienos, lo que sucede es que el aceite de palma contiene un 50% de grasa saturada, además la industria somete al aceite de palma a un refinado que lo vuelve casi tóxico. Por lo que obtener vitamina E del aceite de palma no es lo más recomendable.

El aceite de girasol tiene una importante cantidad de vitamina E, las nueces, el sésamo, las avellanas y el aceite de oliva son fuente de vitamina E.

La vitamina E, junto con la vitamina C, son los antioxidantes por excelencia que podemos darle a nuestro organismo para hacer frente al estrés oxidativo, para mantener nuestras funciones protectoras y la salud.

Son nutrientes aliados que ayudan a nuestro sistema inmunológico a ser eficaz, a bloquear los tóxicos, que de manera natural ingerimos a través de nuestra alimentación (como puedan ser las aminas heterocíclicas que se producen cuando cocinamos a altas temperaturas como lo es en la barbacoa, o a bloquear las nitrosaminas que se producen en nuestro intestino con el exceso de carne roja).

Aquí reside la importancia de la figura del nutricionista, ya que nos ayuda a fomentar la dieta variada y equilibrada, rica en nutrientes y alimentos de alto valor biológico y a evitar el refinamiento de harinas y azúcares, a huir de la comida rápida y precocinada.

Al final preservar la salud y, en cierto modo, evitar la enfermedad puede estar al alcance de nuestra mano.

“La genética carga el arma pero el estilo de vida tira del gatillo”

EXCESOS NAVIDEÑOS

En navidades es habitual incrementar la ingesta de alimentos, cambiar nuestra dieta habitual, solemos abusar más de los dulces (como los turrones, mazapanes, chocolates, etc.). Incrementamos el consumo de grasas, aumentamos la ingesta de alcohol, vinos, cervezas, copas, cavas, todos esos productos que llevan las cestas de navidad.

Afortunadamente esto sucede por un periodo corto de tiempo.

Os quiero recordar en esta entrada de hoy que lo excesos con la alimentación no se corrigen realizando ayunos ni con fórmulas drásticas.

Regular nuestra alimentación (variada y equilibrada), mantener nuestra actividad física e hidratarnos con regularidad parece ser la forma más segura y adecuada de corregir los excesos navideños.

Al final nuestro cuerpo no quiere grandes cambios ni restricciones, recordar que al igual que el exceso es malo, la restricción también lo es.

Observamos en consulta que corrigiendo pequeños detalles la gente obtiene buenos resultados, sustituir las galletas del desayuno por alimentos más saludables como el huevo o los cereales integrales, evitar los zumos envasados y sustituirlos por fruta fresca, ingerir grasas saludables como las que se encuentran en las semillas, aguacate, aceite de oliva, son pequeños detalles que nuestro cuerpo agradece.

Por lo tanto volver a nuestro hábitos de alimentación, seguir con nuestra actividad física o incluso incrementarla es la manera más sana y segura de equilibrar los excesos navideños.

Si al finalizar las navidades no sabes cómo llevar a cabo una dieta equilibrada para perder ese peso ganado durante las fiestas, ponte en manos del nutricionista que te guiará con un plan personalizado de alimentos y ejercicios saludables y necesarios para recuperar el peso y sentirnos sanos.

¡Felices fiestas!.

EL MARISCO EN NAVIDAD

Ya estamos cercanos a las cenas y comidas de Navidad y final del año. La tradición, en estas fechas, es celebrar estos momentos con nuestros familiares y seres queridos y en este tipo de reuniones y celebraciones la comida y la bebida forman parte de la celebración.

De las diferentes opciones tradicionales de alimentación, en estas fechas, están el pavo, el cordero, el pescado, el cava, los dulces, etc.

En la entrada de hoy quiero hablaros del marisco:

A nivel calórico, el marisco tiene un contenido moderado o incluso bajo.

Las proteínas presentes en el marisco se consideran de alto valor biológico, pues contienen aminoácidos (componentes de  las proteínas) esenciales y en las proporciones que el organismo necesita.

El marisco es rico en grasas poliinsaturada como es el caso de los omega 3 (DHA y EPA) y este tipo de grasa es esencial en nuestro organismo, beneficioso para nuestro cerebro y sistema nervioso, es cardioprotector, y ayuda a regular nuestro organismo. Puede ser la mejor grasa que existe para nosotros porque los omega 3 son un potente antiinflamatorio natural con una importante  influencia en la formación de prostaglandinas.

Nos aporta vitaminas del grupo B y vitaminas liposolubles como la A, la D y la E.

Es rico en minerales como el selenio, fosforo, yodo y el calcio.

Además de todos estos “nutrientes”, que son sustancias que hacen que nuestro cuerpo desarrolle adecuadamente sus funciones y nos proporcionen salud y bienestar, son alimentos sabrosos, de fácil masticación y digestión.

Por lo tanto en estas fechas de reuniones y celebraciones el marisco, consumido de manera equilibrada, puede ser una perfecta alternativa a otros platos con grasas menos saludables y de peor digestibilidad.

Recordar que en la variedad y el equilibrio está la clave. El marisco tomado en cantidades adecuadas es un alimento altamente beneficioso.

¡Felices fiestas!

 

NUTRICIÓN Y EJERCICIOS AERÓBICOS

En la entrada de hoy quiero hablaros de nutrición deportiva y de algunas de las características que conllevan ejercicios como la carrera o la bicicleta considerados ejercicios aeróbicos.

Tenemos tres tipos diferentes de metabolismos energéticos: el de los hidratos de carbono, el de las grasas y la fosfocreatina.

Los hidratos de carbono se consumen en nuestro cuerpo con oxígeno y sin oxígeno, dependiendo de la velocidad del consumo,  es decir según la  intensidad del ejercicio se genera ácido láctico o no.

Las grasas siempre se consumen de manera aeróbica es decir con la presencia de oxígeno.

Y por último tenemos el metabolismo de la fosfocreatina que se consume de manera anaeróbica y lo utilizamos en ejercicios de alta intensidad, como por ejemplo la halterofilia.

En los ejercicios aeróbicos como la carrera, la bicicleta, el remo, etc… la fuente principal de energía son los hidratos de carbono y las grasas.

La glucosa muscular (que es el producto obtenido de los hidratos de carbono, principalmente de las frutas y cereales) tarda hasta 24 horas en llenar los depósitos de glucógeno en el músculo, por lo tanto la energía que tenemos en el momento del ejercicio no es del desayuno de esa mañana sino de los hidratos que comimos el día anterior.

Una curiosidad es que estos hidratos de carbono deben ir acompañados de la vitamina B1 que es la Tiamina para su correcta metabolización.

En lo referente a las grasas como fuente de energía, el organismo almacena triglicéridos en el músculo para que sirvan de combustible, estos triglicéridos se consumen en la mitocondria celular con presencia de oxígeno.

Por lo tanto en cuestiones de nutrición deportiva es importante vigilar nuestra alimentación de manera específica según la disciplina practicada. Al igual que un deporte de contacto, como pueda ser el karate, judo, boxeo u otro deporte, donde los reflejos y la reacción sean determinantes es importante vigilar nuestro aporte de cafeína y en deportes aeróbicos, como la carrera o la bicicleta, vigilar los hidratos de carbono y las grasas marcarán nuestro rendimiento.

Debemos saber, también, que tras el esfuerzo es más interesante consumir azúcar de fácil absorción (índice glucémico alto) como pueda ser una fruta y cuando falten horas hasta el ejercicio interesa consumirlos de índice glucémico bajo como los cereales integrales.

No lo olvides, si practicas algún deporte cuida tu alimentación.

 

 

ENFERMEDAD CELÍACA

La enfermedad celíaca es un problema de salud relacionado con la proteína Gluten que se encuentra en los cereales y nuestro tubo digestivo. Esta enfermedad se puede manifestar desde la infancia o a lo largo de la vida.

Los síntomas más habituales son diarrea, hinchazón abdominal, cansancio, escasa ganancia de peso, etc. Estos problemas nutricionales pueden desencadenar anemia, alteración en el esmalte dental, alteraciones óseas, retraso en el crecimiento, artritis, etc.

Lo que sucede en nuestro organismo en los casos de celiaquía es que nuestro cuerpo es incapaz de digerir la proteína gluten y provoca múltiples alteraciones y problemas de salud. Se produce una respuesta inflamatoria que provoca un aplanamiento de las vellosidades intestinales y un alargamiento de las células criptas, junto con una respuesta inmunitaria.

El tratamiento consiste en retirar el gluten de la dieta (así eliminamos los péptidos de gluten que contienen los cereales). Trigo, centeno y la cebada son las principales fuentes de la fracción de prolaminas.

Por lo tanto a través de una prueba diagnóstica podremos saber si realmente somos o no intolerantes al gluten.

En consulta observamos a pacientes que tienen gases, malas digestiones o malestar relacionado con el intestino y ellos mismos retiran de su dieta el gluten, la lactosa y otros nutrientes pensando que van a mejorar y realmente no lo consiguen. Muchas alteraciones del tubo digestivo también tienen componente emocional como estrés, ansiedad, etc.

La intolerancia al gluten es un serio problema ya que si la persona que la padece no lo retira de su dieta desarrollará diversas enfermedades y alteraciones.

Cuando se retira el gluten de la dieta (los cereales) se debe prestar especial cuidado con la exposición por contaminación cruzada.

Es muy importante tener una prueba médica diagnostica donde se determine si somos realmente intolerantes al gluten.

Debemos tener especial cuidado en estas fechas si somos intolerantes al gluten.

CÓMO AFRONTAR LAS COMIDAS NAVIDEÑAS

Buenos a días a tod@s, hoy quiero daros, si me lo permitís, algunos consejos sobre cómo afrontar nutricionalmente las Navidades sin hacerle daño a nuestro organismo.

Llega el mes de diciembre y el calendario se llena de comidas con amigos, comidas de empresa, familiares y demás eventos que tienen los alimentos y las bebidas como eje principal de la reunión.

Lo primero que os quiero decir es que se puede disfrutar y comer de “todo” pero con moderación y acorde a nuestra situación, incluyo los polvorones.

Se trata de disfrutar y no tener resacas digestivas para, después, encontrarnos mal. Las comidas ricas en grasas son más costosas de digerir (sobre todo las grasas saturadas). La grasas saturadas son aquellas que a temperatura ambiente de 20º son sólidas.

Las comidas ricas en sal facilitan la hipertensión y combinadas con alcohol pueden provocar la deshidratación.

Con el tema de los dulces, en estas fechas, también se pueden comer, no vamos a estar en una mesa siendo los raros del grupo, pero eso no significa que comamos con hambre emocional, con gula, sin mesura y sobrepasando nuestros límites como suele suceder con los alimentos ricos en azúcar. Ya os he contado en alguna ocasión que los azúcares y las grasas tienen centros de recompensa en el cerebro y nos producen dopamina que es placentera. Por este motivo el azúcar genera adicción, escucho a mucho gente decir: “es que el cuerpo necesita azúcar a veces, el cuerpo me lo pide”.

El cuerpo no pide nada, quien te lo está pidiendo es tu cerebro que desea una descarga de dopamina y si no se controla se convierte en una adicción.

Debemos saber que todos esos productos de harinas refinadas y azúcares se transforman en grasa en nuestro organismo. Los alimentos refinados facilitan su absorción y nos aportan menos nutrición. Por esta razón se aconseja moderar su consumo.

Por lo tanto se puede disfrutar perfectamente de la comida en estas fechas pero dentro de un orden y sin volverse loco.

No debemos olvidar nuestra actividad física. Ya sabéis que cuanto más ejercicio realicemos, nuestro organismo responde mejor a todos estos eventos. Se consigue, de esta forma, el  equilibrio energético mediante la realización de ejercicio y con comidas saludables y no haciendo ayunos ni dietas detox. Recurrimos a este tipo de dietas en situaciones muy concretas de contaminación e intoxicación.

¡Cuida tu alimentación en estas fechas!